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By: Kage no Sekai † Productions

Nota: Este es un texto que hice para castellano. Era un trabajo al que le ponía nota. Obtuve un 6. El muy fursio...(?

Mondaji o Kaihō



¿Y si el mundo terminase hoy, qué es lo que harías?. Una buena pregunta a la cual no puedo contestar, y la cual me preocupa tanto que ya me da igual.

No tengo a nadie, estoy sola y nadie me quiere. Tengo dieciséis años, me llamo Naomi y el mundo ya ha terminado para mí.

Mis padres y mi hermano fallecieron en un accidente de auto, mientras iban a buscar el regalo de mi noveno cumpleaños. Un camión les arrolló y no quedo nadie vivo.

Con mis padres no me llevaba especialmente bien, pero mi hermano, él cuál era mayor, suponía un gran apoyo emocional para mí.

Cuando este murió perdí toda mi esperanza de vivir y llegué a intentar suicidarme numerosas veces hasta que me ingresaron en el psicólogo, en el cual estuve seis horribles meses hasta que me dieron el alta.

Cuando salí de ese apestoso lugar ya nada fue como antes.

Al salir me acogió mi tío, el cual prometió hacerse cargo de mí proporcionándome alimento, cariño y un buen lugar en el cual poder vivir.

Al principio el tío era bueno y cariñoso y cumplía con lo que había prometido, pero con el paso de los años se fue enganchando al alcohol.

Su obsesión con la bebida era tan grande que llegó a un punto en el que ya no podía mantenerse sobrio. Desde entonces mi vida es un infierno.

Cada vez que decía algo descargaba toda su ira en mí, pegándome dolorosamente.

No lo entiendo... ¿Cómo puede cambiar tanto una persona? Es doloroso.

Ahora procuro mantenerme cuerda, lo que es un reto para mí, pues soy muy nerviosa e intranquila. Intento mantenerme cuerda para no acabar con todos los que me molestan o para no acabar con mi propia vida.

Un día al finalizar las clases de camino a casa me encontré con un gato de pelaje gris ceniza en cuál tenía pinta de estar desnutrido.

-Tú también estás solo ¿Eh?- Le dije a aquél felino, a lo que me respondió con un maullido y constantes ronroneos.

No me lo pensé dos veces. Me lo llevé a casa, donde lo alimenté y escondí.

Si lo encontrase mi tío estaría en un gran problema, pues él es alérgico a los gatos. Lastimosamente no tardó demasiado en encontrarlo.

Un día el tío llego a casa ebrio a las tres de la madrugada.

Como era de noche, el muy cerdo acabó en mi habitación y el mareo de conducir bebido le hizo vomitar encima de mi ropa.

No pasaron demasiados minutos desde que comenzó a estornudar, y entonces fué cuando descubrió el gato. Lo cogió por el cuello y fué en busca de un cuchillo.

Yo chillaba, y la golpeé varias veces, pero él me arremetió una patada y choqué fuerte contra la pared escupiendo sangre por la boca.

En cuanto tuvo la oportunidad agarró el cuchillo y lo clavó en el gato repetidas veces, esparciendo sangre en todas direcciones.

Esto no podía quedar así, era hora de actuar, de desacerme de mis miedos. Tomé en mis manos y lo clavé ágilmente en la espalda de mi tío para poco después clavárselo en el corazón y dejarlo muerto.

Ahora espero sentada en una esquina a que alguien descubra mi delito. Sentada en un suelo tintado de carmesí...


FIN~

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