No entiendo exactamente porqué una mansión es un templo, aunque claro, prefiero no decirlo en alto. Además, mientras caminamos Arckhen y Bellae parecen demasiado distraídos hablando de sus cosas que para leerme el pensamiento. Es extraño, parece como si llevara en este mundo una eternidad, ni siquiera sé con precisión qué día es ni cuánto llevamos viajado.
Delante nuestra se encuentra una mansión gigantesca con decorados tétricos, fachada de color negro y enormes pilares con un tallado de un extraño pokémon en su cima. Todas las ventanas parecen estar cerradas y el portón tiene una pequeña abertura, como si nos estuvieran esperando desde el comienzo.
Es aún más horroroso que cuando vine por primera vez.
Que tu familia tiene un pésimo sentido de la decoración.
Nadie dice nada más tras su pequeña conversación. Bellae se coloca delante de nosotros y extiende su mano. Una pequeña onda expansiva hace que se abra de golpe. La Gothorita entra y las antorchas se comienzan a encender a su paso con unas llamas azules y moradas. Shayn, Arckhen y yo seguimos a Bellae en silencio, la cual nos guía por la mansión.
El sitio se hace cada vez más iluminado y nos encontramos unas gigantescas escaleras imperiales que más arriba se dividen en dos pasillos en cada lado.
Tened cuidado... Noto su presencia cerca—dice en un susurro.
Bellae cierra los ojos y los abre de nuevo, pero esta vez con un color morado pálido. Segundos después, parecen escucharse unas risas. Varias sombras indescriptibles comienzan a deambular entre las sombras mientras se escuchan aún más risas de una voz femenina. Bellae se gira hacia todos lados cada vez que resuena el eco de la extraña voz. Al parecer probablemente esté indentificando quién es.
¡Silencio! —grita, oyéndose hasta en lo más oscuro de la mansión.
Me quedo inmóvil. Eso me había asustado... Bellae normalmente parece muy pacífica y tranquila, pero en este instante parece al borde del colapso. Extiende sus manos y forma dos esferas en las palmas de éstas, las cuales las va lanzando hacia varios sitios, destruyéndolo todo a su paso. Shayn y yo nos miramos durante unos segundos con algo de desconcierto.
Probablemente esté jugando con nosotros...—se ríe—y eso que tiene el doble de años que todos juntos.
Después de que Arckhen dijera eso, las risas se detienen. Todo es un completo silencio y atisbo de oscuridad, las antorchas se van apagando poco a poco hasta que solo quedan dos encendidas. En frente nuestra, se comienza a materializar de la misma forma que Bellae lo hacía un Gothitelle. Comienza a dar vueltas en círculos mientras nos mira fijamente, sin darnos cuenta, de repente puede escucharse una melodía tétrica sonando en todos lados.
¿Hermosa, verdad? —dice mientras aún sigue girando y, por llamarlo de alguna manera, bailando al son de la música.
No estamos para tonterías, Cordelia...—suspira y cierra los ojos—necesitamos atravesar el portal.
La Gothitelle deja de bailar en cuanto escucha las últimas palabras de Gothorita y se queda de espaldas mirando al suelo.
...¿Ehhhh...?—dice mientras se da la vuelta, abriendo los ojos y riendo descontroladamente—¿Así que es eso lo que queréis? ¿Acaso piensas que puedes vencerme Bellae? ¡Soy mucho más fuerte que tú!
La Gothorita parece exhausta respecto la actitud de la Gothitelle.
Cordelia, recuerda que los Ghest ya no somos lo que eramos... Lo único que queda de esta putrefacta familia es el nombre que siembra terror a cualquiera que lo conozca.
Cordelia parece enfurecer ante las palabras de Bellae y rápidamente forma un bola sombra para atacar directamente a la Gothorita, quien la esquiva de forma muy ágil.
Tu poder ya no es el mismo. Eres demasiado débil ahora.
La Gothitelle se queda paralizada en la misma posición durante lo que me resultan interminables segundos. No parece que vaya a volver a atacar, así que suspiro aliviada aún sin dejar de mirarla.
Humph... Sigamos, no quiero más líos.
Shayn y yo asentimos y seguimos a Bellae, quien comenzó a subir las escaleras. Echo una corta mirada hacia atrás para ver a la Gothitelle por unos segundos... ¿Qué le pasaba? Parecía como si estuviese llorando, pero al estar de espaldas no puedo distinguirlo bien. Lo único que puedo saber es que es familia de Bellae, aunque no tengo ni remota idea de qué son exactamente.
Avanzamos por los pasillos iluminados por antorchas que nuevamente se encienden al paso de la Gothorita, lo que sí está claro es que es absolutamente su casa y conoce el lugar muy bien.
Estamos muy cerca del portal, estar preparados para lo peor... Jinud es un shinigami, pero no es nada si la comparamos a Darkrai.
¿¡D-Darkrai!?—exclama—yo creo haberlo visto cuando me capturaron... Estaba con aquél Dusknoir extraño.
Su poder maligno es increíblemente desmesurado... Solo podrá estar a su altura el el talismán de Oghden—se gira para mirarme.—Solo podemos confiar en que lo conseguirás, Sakura.
Las palabras de Bellae hacen que me estremezca y se me erice la piel.
El mayor problema es Giratina... Solo podemos rezar para que no esté con Darkrai en el mismo sitio.
Supongo—cierra los ojos—si no, ya nos las arreglaremos de algún modo.
Después un rato caminando, Bellae se detiene frente a una puerta que vuelva a abrir con una especie de onda expansiva. Es un salón enorme vacío, con solo dos columnas alineadas verticalmente en el suelo, de aproximadamente dos metros de altura, aunque no llegan al techo. La Gothorita se coloca delante de los pedestales y susurra unas palabras que no llego a entender. En las pequeñas palmas de su mano, se encienden unas llamas violetas que procede a juntar en una sola.
Yo, Bellae Ghest, abro la puerta al otro mundo.
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